domingo, 20 de noviembre de 2011

Asbestos, 5 de Novimebre

Amanecer con ese piano retumbante que da inicio a "While my guitar gently weeps" la cocina solitaria y las hojas cayendo por la ventana, la paz que tanto buscaba en México y que de cierta manera no me había dado el tiempo de encontrar. Tengo que aceptar que ha sido duro en aspectos, esos meses me he confrontado con mi yo más interno, he reflexionado mucho sobre mi persona, y aún hay muchas cosas de mi que no me gustan, ese mal gusto por profundizar todas las situaciones de mi vida, por más mínimas que estás sean... Imbécil ¿Qué le vas a sacar de profundo al cereal? Corte en negros para develar después la imagen ahora borrosa de Pierre (mi papá aquí, quien ya me daré tiempo a dedicar una entrada) y de mi cruzando Montreal. Llegamos a Asbestos, este lugar mágico alejado de la monotonía de las ciudades de aquí, alejado de cualquier ruido o disturbio. De repente estaba repleto solo de arboles y modestas casas que pintaban todo el camino. Llegamos a la casa de "Pierre y Carole" amigos de Pierre (mi papá Pierre) entonces algo me impacto, algo me movió, una vibra, que no puedo ponerla entre palabras, no existen ruidos para describir esto, un sentimiento. Quede impactado por esta modesta y noble casa, Carloe y Pierre tenían 59 y 57 años aproximadamente y viven el sueño más romántico que he tenido en mi pequeña vida, vivir en el bosque.
Frank Sinatra suena en un estéreo, un patio cubierto de árboles desnudos y abajo de ellos un bonche de hojas secas, las sonrisas de la pareja me daban eso, un sentimiento que me provocaba ganas de ser más centrado en la vida, también de dejarme de preocupar por cosas tan triviales:
Las expectativas de la gente, el futuro incierto de mi vida, mis dolores tan ridículos.  Hoy entendí la importancia de las cosas que me pasan en este "mi presente" (mucha gente vive siempre en el futuro, y cuando ese futuro llega, otro futuro los está empujando a otro y después a otro, y así sucesivamente) 
Debo aceptar que soy una persona que sufre de eso que llaman nostalgia prematura, entonces mi presente siempre se me esfuma como los bonches de hojas del patio de Pierre y Carole, entonces entiendo que debo vivir cada momento de la mejor manera, vivirlo, sentirlo, dejarme llevarme, entender que mis preocupaciones tan solo son un chicle seco debajo del asiento de una silla que yace en la basura. No tiene importancia. Salimos a caminar al bosque, el camino me dejo en un estado de asombro completo, en medio camino aún tengo la imagen de Carole pegandole una cálida luz de sol que se colaba entre esos arboles, diciendome: " ¡Detente Sergio! cierra los ojos, sientelo, sientelo... después entiendelo." Arranque una sonrisa, me sentía como Peter en The Darjeeling Limited, tan ridiculo... ¿Qué profundo? ¿Qué metáfora? así de ridículo estaba, pero era cierto, que metáfora tan grande para mi vida...
Sientelo, sientelo... después entiendelo. Así es como las mejores películas son, uno no las trata de entender, mucha gente se frustra hoy en día, quieren atar cabos y símbolos, en todo, mi mejor ejemplo es de nuevo el cine... hoy cualquier persona de mi edad, busca esa película que le explique todo, que le señalen quien es el bueno y quien es el malo, ¿Porque hace esto y porque lo otro? ¿Qué quiere decir, si no tiene sentido? Así funcionan hoy las personas en la vida diaria, por lo menos con las que convivo (conviví) Pero no entienden que las mejores películas son aquellas que uno siente, que uno se emociona, no sé por que me emociono con esta imagen o la otra, nada de intelectual, solamente sentimental, me moví por ver a alguien como yo, pero no sé por que, y ahí entrarían cosas más profundas en las que no me quiero meter. Carole me dio a entender que mi vida tienen que ser como esas películas, no tengo que ser un ignorante de lo que sucede en mi, pero tengo que aprender a sentir todo, a sentir esas cosas que tanto ignoramos, escuchar aveces esa música tan bella que es la naturaleza, entender a escuchar mis propios sentimientos, vivir mi momento, dejar de buscarle hilos a todo. Tan solo dejarme fluir... 

Entonces después de estás palabras, lo sentí, sentí la paz que tanto te tratan de vender aya afuera, esa que te quieren hacer creer, o esa que tu te inventas ciegamente. Árboles por todos lados, silencio, los pies volviendo a tronar las hojas del camino. Llegamos a una casa de madera en medio de los árboles, nos asomamos entre los vidrios empañados, toda la casa era de madera, camas, cocina, escaleras. Afuera encontramos una mesa y un recargadero, después continuamos caminando y me invente la historia de una pareja mayor de edad, viviendo su ultimo invierno ahí, dos personas en sus ultimas facultades, disfrutando uno del otro, disfrutandose completamente, sin mascaras por delante, sin cuerpos formidables como los de la gente famosa, sin la locura aveces arrogancia de la juventud, pero con ese amor tan puro, dos sonrisas que se daban todo el mundo sin palabras.
Después de un largo camino llegamos a un círculo de árboles, árboles formando un círculo en un campo y nosotros en medio, Carole nos llevo a un círculo de piedras, ahora cumple 2 años de estudiar astrología, me dijo... y después me mostró que cada piedra representaba un estado de la vida, la calma, la angustia, el amor.... y nos explico el poder de la alma humana y la sencillez de la vida, del amor puro que se nos entrega en cada día, un amor como el de los dos hombres mayores en mi historia de camino, ese amor que uno se crea, uno que uno no busco, sino ese que uno da... y por lo tanto recibe. Luego nos explica que tu eres el mundo, tu eres tu energía, tu eres tu eje. La soledad es algo tan trivial en estos días, ¿pero cuantas veces no me he sentido solo rodeado de tantas personas? la soledad no es algo malo, y viendolo de la manera más cruda, todos estamos solos con uno mismo, pero tu tienes que darle una vuelta a tu vida, encontrar eso que te haga ser una mejor persona, eso que te levante, eso que no te deje caer, y entender que la soledad se comparte, el amor se da, el amor nace. Hoy comprendí que ya no quiero ser una expectativa ajena, que ya no quiero ese miedo al futuro incierto, que claro aqueja a cualquiera de mi edad, cierto. Pero quiero ser pleno y firme en mis decisiones, no siempre lo he sido. Para ayudar a otra persona, tienes que entender que no todos son como tu, que no todos te van a entender, que mucha gente se equivoca y que mucha gente es así y así, pero luego entiendo, que he juzgado, y para ayudar a los demás, tengo que entender que solo mi opinión vale en mi, que solo así voy a poder ayudar este circo de mundo, y que así voy a poder ayudar a alguien. El día acaba con sopa y pay, juegos de mesa y risas fuera de lugar como en una película de Jarmusch o Eimbcke. Ya más tarde en la sala sonaba en esa radio que había acompañado todo mi día en aquella casa "What a Wonderful World" (¿Qué metáfora? ¿Que significado? Que bello, de nuevo como Peter) recordé a mi papá como nunca, era como si me la cantara, de repente recuerdo días en el departamento que antes vivía en Morelia, y lo veo aún más joven tarareandomela, después mis memorias se conectan con una escena de mi papá y de mi viendo "Un Mundo Maravilloso" aquella sátira de ese hombre Luis Estrada, que claro sonaba con esa canción, y que a mi papá y a mi nos emociono, nos recuerdo riendo en el cine, ese día llovía y regresamos en taxi a la casa, el pointer estaba descompuesto como de costumbre, no fui a ese catecismo por ir al cine, engañe a mis papas, pero valió la pena, y solo recuerdo sonrisas de esos días y poco a poco (como canta Chetes) voy entendiendo este juego de crecer que va de la mano del otro juego que es crear, veo una delgada linea de mi vida cotidiana, que se vuelve irrepetible, y que soy afortunado, una persona que tiene razones para vivir, uno que entiende en la sencillez, lo bello y lo único. 
What a wonderful world.














Nostalgie (Poema)

Contre vents et marrées, je me bats contre mon passé.





Mais aujourd'hui, il m'a rattrappé.

Doux souvenir du temps d'avant où ma vieavait un sens 


et du goût.



Je m'éfforce de ne pas regretter le passé.

Mais il y a toujours des jours comme ça où tout est noir ,


sans espoir.

Le passé la nostalgie et le regret, je connais que trop.

Toutes ces personnes qui m'ont donné tant de 


bohneurs , 

Et qui m'ont laissées seule.

Combien de fois j'ai pleurée en silence.

Trouverai-je un jour la force de ne plus regarder en 


arrière ?

Je ne crois pas.

Car malgrés les années mon âme et mon coeur


n'oublient jamais.



miércoles, 26 de octubre de 2011

Las hojas que truenan...

No dejo de sorprenderme con el pasar de las semanas, lo poco y lo mucho que me conozco. Igual no dejo de sorprenderme por este lugar, cada momento tiene algo que contarme, y trato de escuchar lo más que puedo, por eso últimamente ya no cargo mi ipod en mis vueltas callejeras. Cada mañana tomo diferentes caminos para llegar a la escuela, caminos que ahora están llenos de hojas que truenan con el pasar de las las llantas de mi bicicleta. La escuela ya dejo de ser esa aventura del otro mundo, donde todos hablaban un idioma diferente. Ahora empiezo a comprender y a la vez como un amigo me dijo aquí, entre más entiendes, menos lo haces. Sigo sin entender nada. Mucha gente a mi alrededor todo el tiempo, estoy constantemente con mentalidades opuestas, unas abiertas, unas más cerradas. Estoy contento de escuchar otras opiniones, pero a la vez veo a toda la gente de mi edad aquí y no puedo dejar de pensar en todos en mi país, es gracioso. Todos estamos en el mismo lío: La adolescencia. Amor en tiempos de redes sociales, dramas, problemas en casa, problemas de identidad. También me he dado cuenta aquí lo mucho que me gusta observar y escuchar a la gente, me gusta compartir sus sentimientos, y aunque no ocurre todo el tiempo, es bueno saber que hablemos francés, chino, ruso, hay algo que siempre nos va unir como seres humanos. Los sentimientos, el lenguaje universal. Ver a toda la gente acá no deja de sorprenderme tampoco. Mis días transcurren entre lo imprevisto y lo meramente improvisado. Siempre estoy haciendo algo, los ultimos fines de semana he empezado a tomar el metro para Montreal, con algunos amigos y de vez en vez solo. Gente que entra y que sale, como en la vida misma. Gente amable que le cede sus asientos a mujeres mayores, gente que las ignora, una mujer que llora con un libro, otro con cara de hueva ante todos, otros muchos desconectados en su ipod. Los días se pasan rápidos. Hay cierto aire de esperanza en cada mañana, también hay cierto miedo y confusión que siguen ahí, con mi vida. Pero es algo normal, algo que he aprendido a aceptar, las cosas que no puede uno controlar. Aquí y en México todo tiene un giro, pero a la vez no.... Me gusta observar la vida aquí, y últimamente es gracioso formar parte de ella, la forma en que la gente al igual que en mi país se frustra por cosas tan pequeñas, por detalles tan insignificantes, como aquí todos se pueden apasionar por las cosas, como aquí todos pueden ignorar lo demás, es difícil escribir memorias de mis días aquí, todos los días escribo y no es hasta unas semanas después que encuentro sentido a mis escritos, empezare poco a poco poner unos aquí, una especie de reflexión a mi yo interno, o no sé, llamenle como quieran. Al final todo es sentimientos. Aquí respiro emociones, de una forma diferente. 

lunes, 24 de octubre de 2011

De olvidos y regresos

He dejado este lugar en el completo olvido. Cierto, y no es que aya dejado de escribir, al contrario. Pero desde hace algún tiempo me cuesta compartir escritos y demás en estos blogs, así que me estoy volviendo a acostumbrar, y veo esto como una especie de bitácora de viaje, como un amigo me decía hace poco que debería ponerle a este lugar, pero el nombre sigue.
Antes de que sigan leyendo les quiero compartir sobre el nombre del blog. Cuando llegue aquí (quizá todavía) pensaba mucho en el mar, no sé por que, pero era un lugar recurrente en muchos de mis sueños, y en cosas que escribía, de repente se volvió una especie de obsesión, y sin darme cuenta el mar estaba todos los días en mi cabeza, y dandole una interpretación un día aquí, pensé en el reflejo de la calma, el reflejo mismo de mi infancia, de pequeño me fascinaba el mar, no había mejor lugar en entonces aquel pequeño mundo que el estar dentro de el, luego empanizarme sobre la arena y rodar todo el día, jugar con castillos, con mi imaginación. Sin rendirle cuentas a nadie ni a nada, sin presión, sin pretender, quizás solo, pero al final feliz, inconscientemente feliz. También de chico me gustaba imaginar que había más aya de donde me permitían mis papas, o los salvavidas (claro) y me imaginaba en este lugar sin final, pero que extrañamente me llamaba mucho la atención, un lugar lleno de alegría, donde mi imaginación no tenía limites, no había orillas, estaba en medio del mar, no podía ver a mis papas, ni a los salvavidas, no tenía a nadie que me sacara de ahí. Pero eso era felicidad, el mar era tranquilidad, era paz. Y sin darle una razón exacta a mi obsesión con el mar, me gusta pensar que cuando llegue aquí pensaba mucho en aquel sentimiento de infancia. Hoy después de algunos, tantos años, encontrarme en un nuevo lugar, alejado de tantas cosas, pero a la vez unido de otras muchas más... y sobre todo buscandome aún fuera del mar, entendiendo mis sentimientos, al mundo ajeno, el porque de las cosas, descubriendo mi lado malo y rescatando el bueno, cayendo y levantando. Ahora me veo encerrado en este cuerpo temporal, en esta experiencia. En estos sueños. Al final todo me remite a sentimientos. 

Ahora si prometo actualizar este lugar, gracias por leer.









jueves, 22 de septiembre de 2011

Wake Up, My Body Is A Cage: (Relato de un 22 de Septimebre)


La mañana pegandome en la cara. El despertador que no sonó. La histeria, el desayuno a medias. Un libro lleno de Nutella, puedo acabar el capítulo antes de llegar a la escuela, el estéreo, como cada mañana la música. Puede acabarse la canción antes de que me vaya a la escuela y así sucesivamente. La bicicleta, a rápidas, todo a rápidas, cómo siempre, cómo en México, cómo aquí. Así soy yo. Algo inconsciente de vez en vez. Todo en orden, se acaba la monotonía del colegio, algunas cosas aprendidas, el idioma mejorando. La casa, el dinero, las llaves, otra vez la música, siempre la música, ya casi se acaba la canción... ya no hay tiempo. Comida rápida, de camino. Un sandwich en una gasolinera. El metro. La ruta rosa. Señalamientos por todas partes. Gente moviendose como siempre como fantasmas, un mar de personas. Señalamientos pegados todos en la parada "Place des artes" por poco me paró en "Place des armes" la intuición salvandome. Anuncios con flechas pegados en todo el metro "SPECTACLE D'ARCADE FIRE" señales por todos lados, chocando con la indiferencia de muchos, escalares de subida y de bajada. Estoy frente a la "Place des artes" Veo un toldo inmenso, me había enterado en el metro que el concierto constaría de 800, 000 personas más como yo. Lo cual es una mentira pues ahora voy leyendo qué fuimos 101,000. Y vaya que se sintió... un show organizado por un politico aquí en Montreal en pro del cuidado del medio ambiente, lo de menos. Llegar al escenario. Vuelta por ahí y por aya. Daban las 7. Se empezaba a sentir el pulso. Me lance a la ola de gente. Todos emocionados, el sentimiento se sentía en el aire. A lo lejos veía el escenario, impresionante e inmenso. Me escurría entre gente, tenía que llegar más y más. Mi pequeñez me hizo meterme entre los lugares más difíciles. Entonces sin darme cuenta estaba atrapado, sin vista al escenario, viendo simplemente un toldo blanco, estaba en lado contrario. Volver a dar la vuelta... daban las 8 y media. Gran problema, todo empezaba en media hora. Y entonces destino, golpe de suerte, o llamenlo como quieran estaba a unas cuantas bolas del escenario, lo había logrado. Cerveza aventadas, olor de marijuanos canadienses y la vibra esa vibra de música latiendo en todos nuestros cuerpos. Había ancianos, niños pequeños, mamas, jóvenes, todos estábamos ahí para compartir ese momento. Entonces empieza, volteo hacía el escenario una pequeña pantalla haciendo alusión a los cines retro, se proyectan unos trailers falsos de películas B. Entonces llega la presentación inicial. Suenan... los violines y en la pantalla un grupo de jóvenes despreocupados montados en sus bicicletas, se pelean, se besan, se odian, se quieren, se lastiman.. son jóvenes. Como yo. Como ellos. Como todos lo fueron, y serán. Entonces se escucha esa batería en conteo. Todos estamos listo para empezar... 
Buisness men are drinking my blood... y entonces me conecto totalmente, mi cuerpo es poseido, encuentro en la música esa posión que mucha gente busca en el alcohol, en cualquier otra cosa, la encuentro aquí, con ella. Me libero, mi cuerpo ya no me pertenece, estoy volando con las vibraciones, con los pulsos de cada nota. Entonces después sale Win Butler al escenario con Régine su esposa. Win habla en inglés y Regine que es de aquí de Montreal habla en francés, todos estamos listos. You know where no cars go... y definitivamente ya nada me importa por unos minutos, el mundo exterior se hace insignificante por momentos, encuentro la perfección en las luces en los bailes ridiculos que empiezo a hacer, en las letras que se me escapan, en los gritos y esos brincos desatinados. La noche se vuelve mágica, organos, banjos, violines, tambores rebotando, las guitarras arrancandome mis nervios, la batería sonando en mi corazón, la voz de Win contrastada con los coros de Régine, quitandome cualquier preocupación, comparto su dolor, comparto sus letras, las vuelvo mías. Casi todas sus canciones tocan los mismos temas, "I don't wanna work in a building downton.. I don't know what I'm gonna do..." Hablan sobre la desesperación del joven, sus sueños, sus frustraciones, su amor sin limites, sus ambiciones. Tan solo el mismo Win decía a medio concierto, "Donde todos ustedes están parados, yo alguna vez lo estuve, como ustedes están peleando por un lugar yo lo hacía por ver a Radiohead" No hace mucho ellos también eran personas como todos nosotros, seres comunes y corrientes, con sueños, ambiciones. Entonces se pasaron al otro lado. Y sus letras nos identifican, puedo notar a mi alrededor como cantan con desesperación y con una sonrisa las canciones, el amor, la liberación. El crecer, el dejar de ser, el ser responsable, ¿pero de que? el huir de aquí, ¿pero por que? Entonces llega el momento de las ultimas canciones, las pantallas se tornan blancas. "Ahora una canción que habla sobre los suburbios en los que crecí" El piano se suelta, The Suburbs. Y el grtio histérico de todos nosotros. "In the suburs I, I learned to drive, and you told me we'd never survive, Grab your mother's keys we're leavin" Todo es perfección por momentos. Reboto con las palabras y con las personas, no me importa como me veo, como me ven, me importa como me siento. Me siento identificado. Me siento libre. Me siento único, soy único. Y entonces llega el final de la canción puedo ver lágrimas en la cara de Win cantando en un piano el final...
"If I could have it back... All the time that we wasted, Waste it again and again. Sometimes I can't believe it... I'm moving past the feeling..." Ví en el lagrimas, vi a una persona como yo y como todos, frente a millones de desconocidos, siendo sincero, siendo el mismo, siendo admirado, nos sentimos como el. También hemos sido felices, nos enamoramos, tenemos miedo de la vida, nos preocupa el futuro, no queremos quedarnos en lo continuo de la vida, en lo repetitivo y monótono. Queremos vivir, por que solo nos toca una vez, queremos sentir, aveces hasta que duela, queremos cargar aveces con el cielo, y el camino nunca se acaba al final de cuentas. Luego esa guitarra, ese riff, ese coro, todos cantabamos, todos le cantabamos al niño que tenemos detrás de todas esas superficies, de esas máscaras..."Hold Your mistake Up, before they turn the summer into dust" "If the children... don't grow up, our bodies get bigger, but our hearts torn up" Llueve alegría. A lado de mi un señor mayor de edad me sonríe. Siento un respiro muy grande. ¿Cómo me veré yo de viejo? Aguante mi chavo. ¡Que vida! Pasan las canciones y sigo en trance. Llega el final violento con Month Of May, somos un circo de locos, todos le gritamos al mundo lo mucho que lo odiamos por lo mucho que el nos odia. Las luces se apagan, Montreal pide más... gritamos y gritamos. Entonces, lo logramos. Pelotas de colores brincando en el escenario. Y ahora si Régine y su acordeon se ajustan a cantar el final, el piano suena distorcionado y las teclas quieren romperse, el sonido se hace agudo. Y empieza el verdadero final... "Sometimes I wonder if the world so small? that we can never get away from the sprawl" la desesperación sigue, pero al final amamos al mundo, a las personas, los sentimientos, la contradicción, somos tan complejos. Las luces me pegan en los ojos. El baterisa rompe su tambor, ahora si en un acto animal el concierto se termina. No quiero que termine. Sigo conectado pero también me doy cuenta, que todo el concierto estaba con ella, pensaba con ella. Como me encantaría disfrutarlo a su lado. Le hubiera encantado, la llevo conmigo para todas partes. Sonrío. Se acaba todo. Adiós. Se desmantela todo. Acabo en un starbucks. Acabo con una sonrisa, acabo entendiendo mejor que quiero de la vida,  entiendo que todos somos igual hasta cierto punto, siento empatía por todas las personas que me rodean, los que me sonríen, los que me ven feo, los que no me hacen caso. Me interesan todos y cada uno. No quiero ver grandes paisajes como dijera ese director, quiero ver en sus sentimientos, quiero saber que sienten, quiero decirles que yo también siento, que yo también río, que yo también lloro. Qué yo también me desperté tarde. Suspiro y ahora las estrellas... estoy alejandome de Montreal. Y ese Che Guevara guiñandome el ojo en el cuello. Hoy es el día. Hoy fue el día.
Todos dejandonos llevar por la música, siempre la música.





"Let's go downtown and watch the modern kids



Let's go downtown and talk to the modern kids"






viernes, 2 de septiembre de 2011

Exilio Voluntario

De seguro las versiones pueden cambiar con el paso del tiempo y algunas afirmaciones serán rechazadas en un futuro próximo. Pero vayamos a la escena del hotel... a las tantas horas de la madrugada. Ropa sin espacio, Ropa afuera, que más da. Un mensaje, dos mensajes, 5 mensajes o más. Eran de ella (aún lo son) tan rápido y ya la extrañaba tanto. Ahora fijemos nuestra atención en el aeropuerto. Boleto en mano (o en la mano el boleto como se quiera ver) Las maletas, la fila, las sonrisas de desconocidos, el olor a multitud que tenía aquel aeropuerto.
Cámaras de televisión, ¡Miren ahí está Carmen Salinas¡ Guácala, mejor ni voltear. Papeles, niños por ahí y por haya. ¿Sería la primera vez que se subieran a un avión? que divertido. Risa silenciosa. Nadie lo nota. De golpe un sentimiento que se podría describir entre sabor dulce y acido. Tu siempre fuiste el balance de ambos, por eso me encantas. Solo dólares (americanos) -Que en Dallas los cambias, Perfecto. -¡Que si hay!, Perfecto. Dólares americanos por Dólares canadienses. Ahora tenía hambre, mucha hambre. Taco Bell como última comida en mi país. Venga. Mi familia, me daba cuenta de cuanto la quería, lo mucho que significaban para mí, faltaban palabras, así es siempre, pero el sentimiento estaba presente. Consejos. Felicidad y tristeza balanceandose por toda mi cara. Manos temblorosas, como cuando iba entrar a una sala de cine de pequeño... ocultando los nervios, manos sobre los pantalones, indiferente. Una, dos, tres idas al baño, la última para encerrarme. Escuchar la última voz en México (después de mi familia claro) cuanto la amo y la preocupación, pero esa voz... como me gusta esa voz. Pensamientos al azar. Un avión cayéndose. No seas estúpido deja de pensar eso. Mi casi nulo dominio en el francés. Recuerdos de la primaria, ¿De que me va servir el francés en la vida profesor? -Pasaporte. Como robot sacaba los papeles. -Aquí esto y esto. ¿Qué será de mí? Desconectado, enajenado del mundo por unos segundos. Me hablaban y asentía con la cabeza. Melancolía empapada con una funda de esperanza y de emoción. Último abrazo a mi familia por unos cuantos meses. Que suerte, no dejaba de pensar en la suerte que tenía con esta familia. Me tomo de sorpresa, no me di cuenta, todo tan rápido ¿Enserio me voy a ir? Me veía abrazando a todos mis seres queridos, todos esos amigos, todas esas platicas, aventuras y desventuras. Todos esos amigos... increíble, tantas personas que me marcaban, me robaban sonrisas ridículas (buen síntoma) Escuchaba sus voces. Escuchaba tu voz. Eso era bueno. El avión despegando. Ya... ya no hay vuelta atrás. ¿Y si le pido al capitán que haga paro? ¿Qué a la mera ya no? -No seas ridículo- La voz de todos todavía sonando en mí cabeza. Veamos en este preciso momento mi cabeza como una rueda de la fortuna donde todo da vueltas. Regresemos al avión, a mi asiento y a la ventana, la mirada perdida. Consejos aquí y allá. Mi familia haciendo eco, jalones al cuello del corazón (si si es valido) Mis amigos todos ellos, momentos del año, guardados en una pequeña película que giraba dentro de la rueda de la fortuna. Qué buenos amigos tengo... que momentos tan increíbles pase. Ella, como  disfrute cada momento. Sonreía. Pero tenía miedo.. (hablando tanto en pasado como presente, esperemos cambiar  aquel sentimiento barato en futuro y tercer acto.) Sin darme cuenta estaba lejos de toda seguridad, de toda facilidad... Mi mirada aún pegada en la ventana. Las nubes, veía las nubes, una alfombra acolchonada y llena de ilusiones. Y sonaba la música. La música de la vida, esa que casi nadie escucha, esa que tiene ritmo, esa que se escucha sin ningun mp3, sin ningún disco, sin ningún instrumento. Y acercamiento a mis pestañas cerrando y abriendo. Ya estaba lejos de todo. Estaba en el exilio voluntario, lejos de la facilidad y entonces en un primer plano "el mundo como un jarra de galletas" (pero en vez de galletas está estaba llena de historias, de emociones.) Y con los ojos vendados, sin pensarmelo meto las dos manos (Acercamiento a mis dos manos en picada) y saco la historia... Ahora aprendo. Sonrío. (Alejamiento y acercamiento, zoom in, zoom out. Mi vida vista desde dos planos tan contradictorios... como la vida)